jueves, 14 de septiembre de 2023

Román Chalbaud: Yo me siento orgulloso del trabajo que hacemos en RCTV.

Una entrevista de José Pulido

 


Una entrevista con Román Chalbaud, publicada en El Nacional el 19 de junio de 1981

 


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LO MÁS ANGUSTIOSO ES CUANDO UN PERSONAJE NO HA COBRADO VIDA

 

 

 

Cerca de la casilla de los chocolates y de los chicles, la cabeza de bronce de Alberto de Paz y Mateos con sus bigotes recortados como Arturo de Córdoba, parece observar detenidamente a Román Chalbaud, quién da la sensación de estar suspendido en el tiempo, sereno y sin sistema nervioso, como una figura indonesia hecha de cerámica. 

 

Después de la intensa tarea de crear a seres y de insuflarles vida con una inyección de su propia espiritualidad y hasta donándoles parte de sus células, Chalbaud se queda quieto, esperando el instante en que vuelva otra vez esa compulsión que le obliga a correr, andar, trasnocharse, desvelarse, olvidarse comer ¡y después dicen que los hombres no paren!

 

Ya está lista su última pieza de teatro, a la cual ha llamado “El viejo grupo” y que es una visión penetrante sobre la actividad teatral, el proceso de la creatividad, la problemática de los seres humanos que por algún impulso genético sienten la necesidad de renunciar todos los días a su propia existencia, y postergar sus satisfacciones comunes, por esa lámpara atrapa mariposas que llaman arte.

 

Foto de los años sesenta; en ella en la primera fila, América Alonso, Román Chalbaud, Rafael Briceño y Juana Sujo; detrás de Juana, los actores Esteban Herrera, César Castillo López y otras personas no identificadas.  


–¿Por qué una obra así? –Román escucha la pregunta como si fuera hecha por la cabeza de bronce.

 

–Nunca había escrito una obra sobre gente de teatro –explica– el cual es un medio que conozco bastante... de pronto es como una pieza que uno se debe a sí mismo. Se trata de una comedia donde he resumido la lucha del teatro. Algo que puede pasar en cualquier parte del mundo. Es una comedia de mucha risa, pero con un drama en el fondo.

 

Mientras transcurre la entrevista, llegan Eva Blanco y América Alonso. Adentro están preparados para un ensayo general Domingo del Castillo y Jorge Díaz. Eva Blanco cojea un poco y dice que carga un tubo de anestésico, por si le duele demasiado la rodilla cuando esté en el escenario: sufrió fractura de un menisco y en su rostro se filtra un dolor que no figura en el papel.

 

América Alonso dice “voy a subir” y se interna por las escaleras, como si el reloj marcara las nueve de la noche y ella estuviese viviendo dos horas por delante. De repente da la impresión de que quiere regresar a la casilla de los chocolates y los chicles, donde destacan unas bolsitas de pistacho, pero perdería varios segundos en su carrera hacia el encuentro con un personaje que dispondrá de su alma y su cuerpo durante más de dos horas. Un personaje que saltó de la mente de Chalbaud y ahora atormenta a América.

 

NO ME DEJO ACAPARAR

 

–¿Cómo hace Chalbaud para trabajar en teatro, cine y televisión a la vez?

 

Román Chalbaud se explaya en un banco y responde con brevedad:

 

-El problema es que no puedo dejar de trabajar; para mí es como una necesidad porque estoy en el teatro desde pequeño, me crie en esos medios.

 

Se calla como si hubiese terminado ya la respuesta, pero inmediatamente añade:

 

-No me dejo acaparar por ninguna de esas actividades. Hago televisión con ciertas reglas de mi parte, que me hacen darle un tiempo justo, pero no total. He equilibrado las tres cosas, aunque la televisión es un medio que exige bastante tiempo.

 

Chalbaud saldrá, al día siguiente de su estreno de “El viejo grupo”, para Polonia, donde se entrevistará con el director Andrezj Wajda, quien hace poco fue premiado en Cannes. El dramaturgo y cineasta venezolano concretará en Polonia lo relacionado con la asistencia polaca al V Festival Internacional de Teatro que se realizará en Caracas. Wajda, quien se halla enfermo -aunque no de consideración- acompañará a Román Chalbaud en la grabación de un programa en los exteriores de Cracovia, con el grupo teatral “Stary Teatr”.

 


 

UN FONDO CINEMATOGRAFICO

 

–¿Qué pasa con el cine venezolano?

 

-El problema –dice– es que no ha habido una solución definitiva para que nuestro cine sea una industria, que es lo que debe ser. Se hace demasiado difícil hacer una película, porque depende de productores independientes, del Estado, de los distribuidores y cuesta mucho dinero. Creo que la solución para el cine venezolano será la creación del Fondo Cinematográfico... de allí en adelante se podrá hacer cine sin pensar tanto en la taquilla.

 

Hablando como para sus adentros comenta que el público venezolano ha mejorado, madurado y se ha ampliado “para el cine y el teatro”.

 

–Después de todo esto, de esta etapa ¿qué hará Román Chalbaud? ¿Cuál es el paso siguiente?

 

Chalbaud se traga la pregunta. La pregunta se hunde en su interior como una pastilla que no cura nada. Debería ser condescendiente y decir “bueno chico, vamos a responderte esa pendejada”, porque en realidad esa noche tenía ganas de responder algo así.

 

–Trato de mejorar lo hecho anteriormente; eso es un gran compromiso, porque muchas cosas que he realizado han tenido éxito y eso me enfrenta a un trabajo superior, a una creatividad más difícil... no me puedo dormir en los laureles, como se dice.

 

Haciendo un inventario de lo que ha hecho hasta ahora, confiesa que una de sus obras de teatro que quiere más, por poética, es “Los ángeles terribles” y en cuanto al cine que ha logrado, piensa que “El pez que fuma” es lo mejor “desde todo punto de vista”.

 

–La he vendido a Estados Unidos, Centroamérica, Colombia a la United Artists y recientemente a México... ganó el premio del Festival de Cartagena compitiendo, entre otras, con una película basada en una obra de Donoso, y pronto participará en el Festival de Cine de Pesaro, Italia.

 

–La etapa más dura ¿se enfrenta al escribir la obra?

 

–Esa pregunta ¿Es para el cine o el teatro?

 

–Para las dos cosas.

 

Chalbaud dice: “bien” y se toca la cara antes de opinar.

 

-Escribir es fácil, sentarse a escribir no es problema, sino madurar la idea. Cuando los personajes son realidad, viven, hablan por sí solos, me siento y escribo. Antes de eso todo me resulta angustioso.

 

–¿Es angustiosa la televisión?

 

–La televisión es una empresa comercial, un medio para vender cosas y tampoco se le puede exigir más cuando el Estado solo trata de limitar lo que hace la televisión comercial... yo me siento orgulloso del trabajo que hacemos en el canal 2... allí se han hecho programas que han marcado pauta... no es la televisión definitiva, pero se ha demostrado en algunos momentos que lo del rating no es cuestión de chabacanería. Por supuesto que la mentalidad de uno es diferente a la de los empresarios de la televisión.




 

Un joven de barba llega con un sombrero negro de larga pluma amarilla, hasta donde está Chalbaud, para preguntarle “¿Cómo te parece este sombrero?” y Román responde, con ganas de que la entrevista termine aquí:

 

-Magnífico... ¿por qué no vamos a ver los ensayos?

 

 

El teatro está vacío, pero Eva Blanco y Domingo del Castillo desarrollan la primera parte de la obra como si no cupiera un alma. “El viejo grupo” es de pronto una realidad en donde no se nota la actuación: parece cierto todo lo que sucede en las tablas. A veces da la impresión de que sobran las palabras, pero esa es la condición que impone la realidad.

 

Eva Blanco asume su papel con un profesionalismo envidiable, aunque a ratos, tanto ella como del Castillo, acusan la resaca que deja la actuación en televisión.

 

Ellos y Jorge Díaz hacen reír y sentir el drama del teatro, con una calidad histriónica  observada por la guía talentosa y a la vez acosadora de Román Chalbaud.

 

Pero, sin lugar a dudas, América Alonso es el código anímico de ese dramaturgo en esta obra. Ella logra una de las interpretaciones más formidables de su carrera; es fulgurante, es un vehículo que expresa la esencia hermosa y eterna del buen teatro. Se merece todos los pistachos del mundo.

 

RCTV 1977 "La Hija de Juana Crespo" Mayra Alejandra, J. L. Rodríguez, Jean C. Simancas. Rcdos de oro



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José Pulido. Fotografía de Gabriela Pulido Simne

José Pulido

Poeta, escritor y periodista, nació en Venezuela, el 1° de noviembre de 1945.

Vive en Génova, Italia. 

En 1989 obtuvo el Segundo Premio Miguel Otero Silva de novela, Editorial Planeta. En el 2000 recibió el Premio Municipal de Literatura, Mención Poesía, por su poemario Los Poseídos. Ha publicado cinco poemarios y nueve novelas. Desde el 2018 el Papel Literario de El Nacional creó la Serie José Pulido pregunta y publica las entrevistas que ha realizado a creadores y artistas.

(Ha fundado y dirigido varios suplementos y revistas de literatura. Si se requiere información detallada sobre estas publicaciones, favor solicitarla a este  correo: jipulido777@gmail.com)

Forma parte de la Antología Por ocho centurias, XXI Encuentro de Poetas Iberoamericanos, Salamanca, España, entre otras. Ha sido invitado a festivales en Irak, Colombia, Brasil, Chile, España y Génova. Participó, en 2012, como invitado de los Encuentros de Poetas Iberoamericanos que se celebran en SalamancaEn el 2018 y en el 2019 invitado al Festival Internacional de Poesía de Génova. 

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